Hay mundos que se tocan. Tienen las manos redondetas y se acarician la frente, los párpados, se recorren la nariz, sorteando océanos y montañas. Se hablan en secreto y se sienten tan bien. Y giran, se persiguen entre millones de estrellas y cielos negros. Uno de ellos se esconde tras la luna. El otro se rie al verlo metiendo panza tras una lunita diminuta. Es que a veces los mundos se tocan. Estiran los brazos, redondetes, dándose algunos besos. El amor, el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario