jueves, 24 de junio de 2010

volver la vida un sueño

Mi ciudad se volvió infinita. Las calles, incontable. Camino tal como corren los días, cargando un instrumento sin principio ni fin donde no puede tocarse ninguna música. En una ciudad demasiado grande, solo encuentro un amor demasiado bello, uno que no puedo amar.

Necesito teclas que empiecen y terminen, donde pueda tocar toda la música. Una ciudad que tenga un horizonte y entonces albergue solo las almas que allí tengan lugar. Un amor que este al final de mis ojos y pueda amar de infinitas maneras.

Y de vuelta el dedito golpeándome el hombro. Ese sueño que busca su lugar, ese lugar cerrado que soy yo, ese espacio que termina. Y entre esta orilla y la otra la vida se vuelve inmensa. Sólo ahí dónde cabe en una mano se hace infinita.

Volver la vida un sueño.

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